Nacimos fuera de aquí como un canal de divulgación de nuestra cultura y nuestras problemáticas desde nuestro prisma. Una generación perdida por la incertidumbre de un futuro incierto. Pero también nacimos con la angustia de recorrer en bus kilómetros y kilómetros sin saber qué estábamos haciendo. Una angustia que recorre cuerpo y alma y que no empezaba con el sonido de la carretera. Sino con el silencio de las calles, el poulo en las tierras de los vecinos, las viñas abandonadas y la falta de festejos populares que al menos por unos días regaban nuestros corazones con la alegria de ver lo que algún día fue.

Somos los nietos de un problema que nació en el desarrollo económico que comienza en los años 50 y los hijos de la crisis del 2007.

No somos los primeros ni los segundos ni los terceros que vieron que las montañas se vaciaban de gente, que los pueblos del escenario de este anfiteatro que llamamos Bierzo comenzaban a sangrar por sus heridas abiertas más profundamente. Su falta de oportunidades, de gente jóven y sobretodo su solemne vida monacal en el solsticio más frio.

Creemos que estos son motivos que cualquiera con dos ojos ha visto en cada uno de los pueblos de esta tierra. No se le escapa a nadie y no entiende tampoco de las ideas acerca de como construir una mejor sociedad, estos problemas nos hacen sentir el frío de que algo esta mal a absolutamente todas las personas que aquí vivimos.

Pero hay otros que acompañan y sobretodo son sensibles a estos que describimos anteriormente que nos obligan también a estar constantemente dando un paso al frente con este colectivo de todos y todas. Y son esas palabras que construyen los relatos que construyen las historias que construyen los pueblos. Son esas canciones que cuentan la historia de los lugares y de sus personas. Son esas fiestas en las que la comunidad era una. Son esas maneras tan diversas o similes que tenían esos mayores de hacer las cosas. Son esos nombres tan particulares que no escucharás en otro sitio. Son en definitiva esa identidad no excluyente, y remarcamos Identidad subrayando NO excluyente, que construye el como somos y que aporta algo de luz a algo de lo que hablábamos antes. Un futuro incierto.

Parecería que somos un colectivo que quiere resistir anclándose a un pasado que ya murió por miedo a un futuro que no termina de llegar. Pero no es cierto. Lo que entendimos desde el primer momento es que si un árbol sin raíces no puede vivir tampoco un joven como nosotros podrá desarrollarse en un mundo que funciona cada vez más rápido, sin atender a lo que vino por detrás que hizo que nosotros estuviéramos aquí, haciéndolo y pensándolo así.

Hemos intentado de alguna manera anclar nuestras inquietudes socioeconómicas a unas inquietudes culturales y etnográficas y ese es nuestro camino. El descubrir un modo de vida que padres quisieron olvidar y abuelos no pudieron enseñar, para encontrar entre tanto, por que hubo mucho, tanto sufrimiento, aquellas herramientas de la tradición oral útiles para afrontar un día a día incierto en esta tierra.

Somos la primera generación que tiene que luchar a contrarreloj contra algo del pasado.