En estos días ha sido noticia en los medios de comunicación la visita del presidente de
gobierno Pedro Sánchez a las tumbas de Antonio Machado y Manuel Azaña y al campo
de concentración de Argelès-sur-Mer, por el que miles de republicanos españoles
pasaron huyendo del régimen franquista. Muchas veces cuando hablamos del exilio
republicano hacia el país vecino nos vienen a la memoria las escenas de los campos de
concentración del sur de Francia, los acorazados de "La nueve" entrando en las calles
de París o la estancia allí de figuras tan importantes como Margarita Nelken o Federica
Montseny, que cruzó la frontera estando embarazada de varios meses. Normalmente
se olvidan otras circunstancias que este tiempo tan convulso produjo entre los dos
países limítrofes. Este es el caso de Pedro Polo Borreguero uno de los mayores
torturadores del franquismo, personaje que tiene una pequeña vinculación con
Ponferrada. Antes de llegar ahí, vamos a explicar desde el principio la historia de este
oscuro personaje.

Nacido en 1897 Polo es adscrito a la División de Investigación Social en septiembre de
1927, a partir de ahí su carrera comenzará a destacar dentro del cuerpo policial hasta
que en 1934 se le encarga su primera misión de importancia. A raíz de la sublevación
del 6 de octubre de 1934 se le encomendó "vigilar las actividades de los elementos
antiespañoles; refugiados en distintas poblaciones francesas, servicio que prestó
durante siete meses. Durante la Guerra Civil en el año 1937 y residiendo en Perpignan
inició su colaboración con el Servicio de Información de Fronteras del Nordeste de
España (SIFNE), el servicio de espionaje franquista. Su relación con los escamots*
cuando estos se hicieron cargo de los servicios de Orden Público de la Generalitat de
Catalunya, propició que el Ministerio de Orden Público franquista iniciase una
investigación y lo destinase a un lugar del noroeste de España. Polo Borreguero se
incorporó a la plantilla de Ponferrada a principios de 1938 en donde prestó servicio
durante unos días, hasta que la dirección de Brigada Político Social (BPS) lo reclamó
para integrarse a su plantilla como agente de 1º clase.

Su nuevo destino fue Barcelona incorporándose como agente de la policía política,
aquí tuvo una gran actividad que le aparejó distintas menciones y recompensas.
Ejerció sus competencias en la represión de los medios políticos en la conocida
comisaría de Vía Layetana de la ciudad condal.

Actuaba espoleado por el estimulo de las recompensas que el franquismo entregaba a
aquellas personas que contribuían "al mantenimiento del orden público y la paz
social". En diciembre de 1950, la DGS felicitó a Polo por su buen hacer en Francia y le concedió un premio de 3.000 pesetas. En recompensa a la labor compartida con los
Renseignements Généraux franceses en la desarticulación del aparato del PCE en
Francia. A todo esto se sumaba las magníficas relaciones que mantenía con
importantes agentes del gobierno nacionalsocialista en España, es el caso de Herman
Gottlieb Hampfer oficial de la GESTAPO en Barcelona que señaló su cooperación con
Polo en el "intercambio de información sobre las actividades comunistas y actividadesde los maquis rojos españoles.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) solicitó
información sobre los funcionarios de la DGS condecorados pensionadamente antes
del 15 de junio de 1977, siendo este el caso de Polo Borreguero. Ante esta solicitud el
gobierno del Partido Socialista ha señalado que carece de los medios técnicos
necesarios para extraer y extrapolar la información. Además de Pedro Polo Borreguero
en este grupo nos encontramos a insignes torturadores franquistas como Antonio
González Pacheco "Billy el niño" o Eduardo Quintela.

Después de varias décadas de la restitución de la democracia es inadmisible que el
gobierno español se siga excusando y no retire inmediatamente las condecoraciones y
gratificaciones salariales de personajes tan nefastos para la historia de nuestro país
como González Pacheco o Polo Borreguero. Las víctimas del franquismo seguirán
recordando que se debe restituir y reparar su honor a pesar del olvido al que han sido
sometidos por parte del Estado durante estos últimos cuarenta años. Sin duda la
democracia a este país la aportó la gente que fue torturada por sicarios del
franquismo, sus verdugos aún a día de hoy se permiten el lujo de pasear con total
normalidad por las calles de nuestro país. Esperemos que de una vez por todas la
justicia española sitúe donde se merecen a unos y a otros.

Los hechos que en este texto se relatan han sido extraídos del magnífico libro del
historiador Fernando Hernández Sánchez titulado "La frontera Salvaje. Un frente
sombrío del combate contra Franco", editado por Pasado-Presente.

*Escamots: organización paramilitar creada por el partido Estat Català en 1922.

Escrito por:javivoces

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