La aculturación se define como un proceso social por el que muchos, algunos o todos los elementos que dibujan una cultura concreta-costumbres, lengua, pautas culturales, ritos, tradición oral, etc.- desaparecen y se ven suplantados por otros de una cultura dominante. Manifestación dada, negativa desde un punto de vista de la diversidad y soberanía cultural, estudiada y repetida a lo largo del globo y de los tiempos.
Los humanos somos seres sociales y culturales, es decir, no podemos vivir «sin cultura». Así ha sido desde el comienzo de (nuestros) los tiempos. Siempre contaremos con modos, sistemas o dinámicas de interacción, organización, ocio, comunicación o herramientas para conseguir lo que deseemos. El hoy es la sedimentación de todos los procesos del ayer mezclados con miles de otros factores, somos humanos y plurales.
¿Queremos un mundo rural vivo pero sin cultura? ¿Homogeneidad y vacíos irrecuperables? ¿Te imaginas que un día nos olvidamos de consumir mosto y vino o de dónde proviene y TODO lo que significa simbólicamente su elaboración? O, ¿que en la noche de San Juan se hiciese lo mismo que la de hoy?
En algunos lugares los procesos de aculturación son más acentuados que en otros, mas siempre se pierden reliquias y dinámicas heredadas generación tras generación únicas y adaptadas o dadas en un medio concreto con sus características. (Mítico y reiterado ejemplo aquel de que en torno al círculo polar ártico hay lenguas que cuentan, o comunidades que distinguen más bien, con diversas acepciones para los estados de la nieve o sustantivos diferenciados detalladamente para edades, sexo de renos, etc).
No tiene nada que ver un proceso violento como puede ser en un contexto de colonización donde leyendas, creencias tan complejas como el cristianismo, o el enorme abanico de tradición oral se ven sustituídos ya ni siquiera por un imaginario colectivo hispano (ejemplo de sudamérica) sino que en ocasiones desaparecen sin hallar sustituto; nada que ver tiene con aquel proceso que vivimos en Europa, occidente, o en concreto en el noroeste ibérico. Aun así, esta perdida no es aleatoria y es entreistecedora. Su pervivencia no es incompatible con otras alternativas y nuevas corrientes que vienen de otras esferas o que simplemente son productos de la modernidad. Estas pérdidas no son meras soluciones naturales como muchas veces se piensa y difunde para quitarse responsabilidad aunque, de otro modo, sirve de alivio puesto que si nos ponemos a pensar en la diversidad que está en peligro, es inmesurable.
Yo personalmente me pasé bastante tiempo «indalgando» Hoenn o Kanto en mis juegos de pokemon en la game boy color mientras pasaba tiempo con mi abuela del oeste berciano. Tiempo cuyo valor es hoy multiplicado por cien si es que el tiempo se puede cuantificar.
¿Debemos fustigarnos y oidar los gimansios de tipo planta y bicho?
No hace falta.
Podíamos perfectamente haber combinado, como en parte así fue, saberes, ocios entre tantas horas navideñas y estivales. Combinar juegos de cartas, adivinanzas, caminos, historias familiares, la lengua (gallega del Bierzo) y sus palabras sin pudor, mimos y patatas fritas muy ricas fueron algunas de las cosas que pude compartir con una persona que había vivido en dos, sino más, civilizaciones diferentes.
El caso es que el lento y casi inconsciente proceso de aculturación hizo, me hizo, no aprender y experimentar un montón de curiosidades y elementos pertenecientes a la esfera cultural de un territorio, familia, comunidad o incluso entre dos personas.
Sin embargo, ¡nunca es tarde ! Pero para algunos casos, ¿lo es?

El otro día hablando del entroido con amigos del Bierzo me sorprendí de manera inocente ya que desconocían ese termino «pero y eso qué es?» me dijeron por whatsapp. En otros territorios hay elementos que se recuperaron del olvido o incluso que nunca murieron, se mantuvieron o que se transformaron adaptándose y evolucionando. Es por ello importante el verse reflejado con los otros y crear redes para aprender o valorar más lo propio. Siempre habrá islitas que nos ayuden a formar una imagen más completa de estructuras y elemenos del pasado ( y presente). En nuestra mano estaría esa tarea.
El caso del entroido o antroido no puede verse del todo como una pérdida pues sigue existiendo algo parecido. Sin embargo, la esencia, su magnitud cultural e improtancia para la cohesión social y festividad y ruptura e normalidad de un pueblo sí que ha ido diluyéndose. Yo nunca oí, o no recuerdo, tal palabra, entroido, de la boca de mi abuela. Para ella, por el contrario, posiblemente hubiese sido una de las fechas más locas y divertidas de su infancia, más tarde condenadas a la vergüenza y complejo ruralofóbico (junto con prohibiciones más explícitas del régimen).
Yo hoy, ejemplificando con lo personal de nuevo, por desarrollarme últimamente en un territorio donde esta festividad se ha vuelto incluso muy famosa a pequeña escala -como es Galicia- y entre grupos de militancia cultural, me sorprendí de que en aquel otro sitio berciano donde no solo comparte nombre sino también fala, no se conociese.
Yo tampoco lo conocía hasta oirlo desde el otro lado do Sil.
Hoy somos agentes pasivos, consumidores de salón de algunas costumbres, lo que no las convierte en algo vivo.
Era incompatible escuchar un día cómo era el entroido o incluso reproducirlo en el pueblo, a la vez que intentar evolucionar al pokemon eevee? Estamos viviendo, o seguimos viviendo, el proceso de aculturación hoy mismo. Sí, mientras lees esto quizá tu abuela tenga un universo en su jardín mental que no le surgió compartir tachado de numerosas señales de «aburrido», «prohibido», «cosas de antes», «cosas de pobres».
Muchos marcos culturales están siendo cubiertos de cemento en este instante, solo que es un proceso paulatino y nada momentáneo. En muchos casos como son la mitología, el conocimiento de bailes y cantares, las lenguas bercianas y sus sustantivos y otras tradiciones, el proceso de sustitución está ahí, por suerte y desgracia. No son desapariciones de hace dos siglos o de otro mundo. Podemos sentir a la sustitución esmorecerse con tradiciones de otros lugares o la disolución de las nuestras.
Nunca es tarde para ponernos el gorro de persona antropóloga (o más bien vecino curioso) y ver lo parecido que son muchos mitos y tradiciones a otras zonas de la Península o incluso a lo largo del Mediterráneo y cómo este labor sirve para algo más que para «matar el tiempo», para saludarlo y recomponerlo. A preguntar, a reir, a grabar y escribir !
Ante a imperante aculturación, resiliencia ie que sirva de baque ou empurrión pra coller impulso 😉 Oportunidades infinitas pra condimentar ia impulsar o desenvolvemento rural e social eiquí ie polo mundo adiante.
Bon, no Bierzo oriental a realidade é que existe outra lingua, a leonesa ou asturleonesa, que esa se que sofre máis que a galega. O galego podemos estudalo os bercianos, pero a leonesa non. E o entroido (antruexu, antroxu, antrueju…) está agora recuperándose moi ben en toda a Provincia de León, mui bo sinal.
O artigo moi bo, parabén.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pronto haberá un artigo sobre as linguas no Bierzo ie medios audiovisuais ie escritos onde se pode constatar ie indalgar máis. Gracias por comentares ! Se estás interesadx en participar ou coñecernos (se non nos coñecemos xa que pinta que si) convidaíisimx!
Me gustaLe gusta a 1 persona