Según nos intentan inculcar, si una persona se esfuerza mucho en este, el primer mundo, el de las oportunidades, y tiene una buena idea, esta persona conseguirá lo que se proponga. Nos ponen el ejemplo de grandes emprendedores como Amancio Ortega, Steve Jobs, Henry Ford, etc. Nos llenan los desayunos con tazas de Mr. Wonderfull con frases como “Si quieres, puedes” o “Hoy será tu día y conseguirás lo que te propongas”. Sacan libros de auto-ayuda en los que te invitan o más bien incitan a intentarlo, ponerle esfuerzo y al final… ¡Conseguirlo!. Tanto vemos esto que acabamos por creérnoslo.
De lo que no nos hablan es de, a costa de que, esas “grandes personas” han llegado ahi (todos sabemos quien hace la ropa de las principales marcas) o de que la mayor parte de los llamados emprendedores y emprendedoras cuentan con algún tipo de padrino, bien sea familiar, conocido o los llamados “Business Angels” (ángeles de los negocios). Tampoco hablan de las personas de a pie que llevan 30 años currandoselo día a día y no consiguen nada, ¿Será que no le ponen suficiente empeño?.
Sinceramente y siento el bajón, pero… no creo en esa teoría del esfuerzo. Creo que vivimos en un sistema de clases, que más bien podría llamarse de estratos, en donde, como dice Salva (Papel interpretado por Javier Bardem) ”si naces cigarra, estas jodido” y no solo jodido por no poder ser millonario, si no porque te va a costar mucho más conseguir felicidad.
¿Me va a costar más conseguir felicidad? Si son muchos los casos de personas que se van al monte y encuentran la paz, parejas de pequeño burgueses en sus caravanas viajando a muy poco precio y con una vida “Minimalista”, los cuales, en mi fuero interno, envidio, en cierto modo,e intentaría, incluso, imitar. Pero que le digan eso a una de las Kelli’s que trabaja 12 horas por un sueldo mísero, para alimentar una familia. A ver porque no se compra una casa en el monte y vive de subir videos a Youtube o al chaval que se está sacando una carrera, trabajando, sin tiempo para vivir y sin llegar a fin de mes, a ver por qué no usa una de sus brillantes ideas y monta una de esas “Star-up” o a la familia que está en desempleo sin opciones de futuro, con todos los subsidios y prestaciones agotados y con bocas por alimentar que se den al minimalismo, que seguro que tienen demasiadas cosas o al migrante que después de 4, 5 o 10 años en España no consigue un permiso de trabajo y que todos los meses envía parte de lo que mal gana a su país, a ver por qué no vende cosas por wallapop ¡Ademas, cerca de tí!.
Cabe destacar que la felicidad es intersecional, es decir, que muchos factores dependen de ella, como por ejemplo cuestiones de género (para un hombre, cis y hetero será más accesible) pero aquí, pretendo relacionarla con el trabajo y el capital. Y es que, la felicidad depende de tu trabajo, tu poder adquisitivo y en ultima instancia de tu clase social. Y como Pior Kropotkin relata en el capitulo II de La Moral Anarquista «El móvil y fin del ser humano es la consecución del placer y la búsqueda del no-dolor» por ende, la búsqueda y consecución de la felicidad. ¿Quiere esto decir que los pobres no podemos alcanzar la felicidad? De ninguna manera, pero si que lo tendremos más «jodido«.
Volviendo a la película, como vemos con los protagonistas, la falta de empleo, la incertidumbre y el no tener en que ocupar el tiempo les lleva a un estado de infelicidad, que a su vez les llevan a consumir alcohol, al juego… Esto, es solo una película, pero sirve de ejemplo para entender perfectamente la realidad. Es por eso que en zonas como el Bierzo, en el que las salidas laborales se cuentan con los dedos y son de baja calidad tanto satisfactoriamente como económicamente, deben existir alternativas. En primer lugar debemos eliminar el mensaje culpabilizador que relaciona el problema únicamente con el o la trabajadora y su predisposición, pro-actividad, tenacidad, etc. Es decir abolir la llamada cultura del esfuerzo. En segundo, las administraciones deben tomar cartas en el asunto, creando las condiciones necesarias para que las personas ya no solo trabajen, si no que puedan elegir en que trabajar. Con medidas conciliadoras y horizontales para que se puedan desarrollar y mejorar, incentivando que las personas de rentas más bajas y en estados de especial necesidad puedan tener igual oportunidades que las demás . Y para que las administraciones hagan esto, será necesario que se lo digamos, que todos y todas tomemos conciencia de lo que el trabajo implica en nuestras vidas y de donde hemos partido y hasta donde hemos llegado.
Termino con una frase de Buenaventura Durruti:
“Proponemos la elevación del tipo de vida del obrero, hasta procurarle no sólo el pan, sino el hogar limpio, el solaz justo y los lugares de esparcimiento que necesita una vida humana”