Comencemos con una pregunta ¿Está trabajando la Junta de Castilla y León por El Bierzo?
Lo preguntamos, por que en este caso todos tenemos una respuesta diferente, todos somos hijos de nuestra madre y nuestro padre. Todos tenemos una cosmovisión política seguramente diferente o no tan diferente de las cosas que acontecen día tras día. Pero seguramente no tengamos ni la mitad de arrogancia que Francisco García Igea.
Todos asistimos la semana pasada a la propuesta no de ley presentada en el parlamento gallego por la cual, aunque la gente se quiera quedar con la posible anexión del Bierzo en Galicia también se pedían más cosas, como una colaboración Junta-Xunta super interesante para nuestra tierra. La contestación de Igea a todo esto fue decir que eran «aspiraciones imperialistas». ¿Sabe el señor Igea lo que es un imperio? ¿Sabe el señor igea lo que es una colonia?.
Es increíble que a estas alturas de la película en pleno siglo XXI alguien aún use la palabra imperio o colonia de una manera tan vulgar. ¿Acaso los bercianos decidimos donde como y cuando se abrían las minas? ¿Acaso los bercianos decidimos cuando se creó Endesa? A priori dos potentes industrias muy beneficiosas para nuestra tierra, pero ¿Qué pasó? Que cerraron cuando quisieron, se fueron cuando quisieron y además, todos los beneficios se fueron con los que lo quisieron que no eran ciudadanos de a pie precisamente. Nos dieron fondos de reconversión pero en vez de gestionarlos la gente se los dieron a los poderosos, a los de siempre, a los que no han pegado un palo al agua en su vida y construyeron polígonos y empresas que cuando dejaron de recibir subvenciones se fueron.
Hemos sido una tierra económicamente viable para muchas personas, hemos sido una tierra de grandes trabajadores pero ahora no, somos una tierra rota y vacilada. Está claro que podemos ver con diferentes posturas el arrebato provincialista de Coalición por El Bierzo pero, si que es cierto que lejos de causar curiosidad y de buscar respuestas la actitud del «virrey» Igea no es ni mucho menos la actitud de un vicepresidente elegido democráticamente que escucha y estudia los conflictos sociales por ínfimos y utópicos que parezcan.
Y mientras tanto, sí, un hospital colapsado, vacunas que no llegan, despoblación, una economía en shock y migajas en forma de cuatro subvenciones que podemos chupar para ir tirando algunos, reverencias al poder político más cercano y algún que otro guiño pero sin que nadie lo vea. La guerra tra i poveri que dirían los italianos. Quizás cuando dicen que los debates territoriales son secundarios, se están equivocando, quizás una reorganización institucional que ponga al Bierzo un poco en el mapa no nos vendría mal, al menos para tener alguien que grite por nosotros en León, Valladolid o Madrid, más que nada por que si los políticos en los que tenemos que confiar son los que están ahora en Valladolid, poco podemos esperar de respuestas en torno a los problemas del día a día.
Perfecto y veraz análisis.
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