Volvemos con la II y última parte para reflexionar y conocer sobre toponimia. ¿Conocéis más ejemplos? ¡Compartid!

Seguramente que un montón de lomas, colinas, viñas, fuentes e incluso pueblos que conocemos bien sufrieron este fenómeno de la deturpación del que hablamos en la primera parte (y están en ello). Nos puede sorprender a la juventud. No estamos hablando, en algunos ocasiones, de «nombres antiguos» que evolucionaron «naturalmente». Para conocer el nombre propio debemos de tener cuidado. Muchas veces, al preguntar o investigar sobre los nombres de parajes y lugares los mismos habitantes no expresan el topónimo primeramente a no ser que sea de manera espontánea y descuidada y más si eres una persona ajena a su círculo cercano. Es más fácil y eficaz no preguntar explícitamente o incluso hacerlo a vecinos de zonas circundantes, o en la lengua local, para comprobar el nombre real, histórico y fiel a la zona y confirmar con cuantos más testimonios mejor. Hay casos en los que si la persona A siempre le dijo a su hija B la forma ‘x’, B usará naturalmente la forma ‘x’ aun conociendo la tradicional ‘U’. La la nieta de A usa y solo conoce ‘x’ que además así usan las autoridades también desconecedoras. Sin embargo, luego la nieta ya adulta se entera de que se decía U y es incapaz de creérselo. A esas estamos llegando hoy día aunque se le escuche a A de viva voz la forma original. En principio, en los casos donde hay doblete o triplete, como veíamos con el xardón, parece ganar la partida la forma deturpada contemporánea.

«Bueno, así le llamaban antes, porque no había escuela, los tontos o los viejos…»

De esta manera te lo pueden explicar muchas personas mayores. Decir Cacabelos, en vez de Cacavillos, ¿es de tontos? ¿Lo mismo con Igüeña, Peñalba o San Esteban?

No solo los diptongos que vimos en la primera parte, discriminadamente, se eliminan (Teixeira, Veiga …). Como no, otro distintivo que puede ser de clase, a parte de lingüístico, sería la xe, común en las dos variedades romances de estos valles, el gallego y el leonés. Ge/gi o j en la grafía internacional lusa o la castellana antigua, o sh- para otras, sería un fonema bien común y conocido: Teixéu, en zona del Sil, Arxenteiro hacia el oeste como Perexe y la comentada Barxas, que no Vainas o Bárcena. Así, Xestoso que suena a ‘xesta’, se convierte en un mal Gestoso, de hacienda o de otras «gestaciones» (cambiando de significado), y ojo, si fuera por grafía medieval o gallegoportuguesa y leyésemos conscientes de su pronunciación correcta, sí sería fiel a su pronuncia. Repitiendo, los nombres propios no tienen por qué tener una traducción dependiendo de la lengua que hables, justamente lo propio de los nombres o motes es su inmutabilidad.

Es, además, interesante, o así lo puede parecer para algunas personas, el analizar la historia de ciertos nombres propios, o su significado en las diferentes lenguas. Covas puede ser un nombre propio que una lengua querrá decir, caves o cuevas. Lo mismo ocurre con Devesas, Bouzas o Molinaseca. Es ahí donde entra la disciplina de la onomástica que estudia las nomenclaturas, los nombres. Estos topónimos, cuyo significado es de fácil deducción, se denominan transparentes. Los contrarios son los opacos, cuyo origen es más difícil de escarvar. Los nombres patrimoniales de Primóu, Foncebadón o Berllanga serían mucho más opacos que Ponferrada. Es interesante, y respetuoso, no menospreciar o cambiar arbitrariamente los nombres también desde el punto de vista científico.

Vamos a indagar o endilgar en algunos últimos ejemplos más fuera y dentro del Bierzo. Forniella, Ancares y el Lugarín de las habas.
Encima del Bierzo vemos el nombre oficializado con la variedad usada en Ancares y desde la parte galegofalante del propio valle, de Fornela, mientras que la forma local del valle que es leonesfalante en su gran mayoría, a excepción de Guímara. Sería Forniella (hoy de hecho con demanda anunciada de modificar la denominación de su Ayto, Pranzáis, el nombre patrimonial de Peranzanes (Datos del Teixu, Álvarez-Balbuena) a Valle de Fornela, es decir, usando la variedad que usan sus vecinos). Forniella podría equivocadamente recordar a Hornija, que tiene una h y cuyo único nombre patrimonial es Ornixa sin h etimológica ya que no proviene de ‘horno’ ni nada relacionado como podemos pensar observando esa xe, me aventuro a constatar. Este sería un ejemplo de deturpación sorda por la h, de la mano de esa xe, ahí, malvada. Lo mismo nos cuentan de Hervededo que viene, posiblemente, de la planta ‘érbedo’ (que es como en algunas zonas se le llama al madroño). Volviendo a este último caso del valle con fama de vendedores ambulantes de alfombras, entre otras actividades, podría clasificarse dentro de los casos que quedaron a medio camino. No le llamamos o llamaron Hornilla o Fornito, ni se dejó en Furniella, quizás consciente de se diptongo leonés, quien fuese al que le pareciese bien esa forma en algún documento histórico. Fornite quizá nos valiese hoy que aunque tampoco no lo usen sus habitantes aparece en muchos lugares y podría atraer a la juventud.

Justo hablando de valles y comarcas, son añadidos artículos innecesarios, y poco patrimoniales, en Los Ancares y La Cabrera, indicarían quizás a la zona de- o los montes de-, siendo los lugares respectivamente Ancares y Cabreira (no tan innecesarios como una sobreproducción privada de energía eólica en sus montañas, seamos prácticos) Y, por cierto, al igual que con «El Valle de Fornela» salió a la luz la intención de denominar al Ayto. completo ‘Ancares’ en lugar de Candín, quedando este último solo solo para el pueblo y capital.

Rematando con ejemplos a medio camino, este último tampoco se dirigió del todo hacia las supuestas normas fonéticas de otra lengua mejor vista. Fabero quedó con la f inicial típica de gran parte de la península. Sin embargo, lo que la gente denomina localmente, aunque quizás por los cambios migratorios y otras causas sea ya difícil de vislumbrar, era y es (fuente propia corroborada) Al Fabeiru. Lo que podría haber sido Habal, El Habero o El Lugarín de las Habas, quedó como Fabero, quitando una ‘al’ extraña (es equivalente a ‘el’ en su leonés occidental vernáculo), también el diptongo, pero dejando la f quizás por sonar demasiado divergente a su evolución original. Se observa lo mismo con Folgoso de la Ribera, Felechares ya en la Valdería ambos de oirgen botánico, y tantos otros. Encontramos, por cierto, al Fabeirín una de las zonas más grandes situadas en el Bierzo llano propiamente dicho. A ver quién sabe dónde se encuentra.

No sería del todo correcto sostener que «es que cada lengua tiene su toponimia». Como vimos, hay muchos nombres que siguen tal cual, Ponferrada sin ser Puente herrado; o Columbrianos; (a) Portela o Landoiro y otros que están en ello siendo hoy corregidos oralmente por la forma alguna vez escrita (Fresnéu, Sancéu, Forniella, Borrés…). Esto, por el momento, no es Londres como para que exista una historia colectiva en la que una comunidad dice London y otra, por poner un ejemplo, Lóndɛlɛ como en lingala. Sin embargo, sí hay casos, ya que nos encontramos con dos comunidades tradicionales lingüísticamente hablando, donde la gente de un valle puede denominar a un pueblo desde su habla local y otros con la suya. Hay que recordar que todas las lenguas, signantes o habladas, cuentan con variedades internas, por lo que incluso dentro de una misma variedad romance puede darse este suceso. Aquí, además tendríamos dos bloques. A modo de ejemplo de esto, Aachen, en Alemania, es denominado Oche, Aken, Aix-la-Chapelle, entre otras, dependiendo de las diferentes comunidades lingüísticas, todas indoeuropeas, que lo nombren (francés, neerlandés, fránquico ripuario…). Juan no tiene que ir diciendo su nombre de manera diferente realizando un estudio etimológico sobre nombres homólogos en otras lenguas dependiendo de dónde viva, si es Florida o Eslovenia, lo lógico es que sea propiamente ‘Juan’ para distinguirlo de otras personas.

¿Es tan importante llamar a las cosas por su nombre? Podríamos discutirlo, desde luego una acción productiva o con buenas consecuencias el cambiarlo por diferentes cuestiones e ideas, no. Pero, ¿somos conscientes de la problemática que hay latente si te avergüenzas del nombre de tus alrededores? ¿Si subordinas una manera de modular la boca y el aparato fonador ante otra, antigua o traida de suposiciones, dándole tanta importancia por el «qué dirán»? Claro que esto solo es la punta del iceberg con el contexto lingüístico. Más en la raíz se fundamenta un gran bloque de poder y complejos, autoestimas, libertades, dignidad, desde algo estructural con múltiples consecuencias, más allá de que no concuerde la dirección en las cartas con cómo le llama la gente de a pie. Quizás la mocedá podríamos pasar de estos rollos dejando atrás esa página reciente de cambios innecesarios y continuar investigando y viviendo para y por otros motivos. Por lo menos el proceso de recuperación, para esta y otras cuestiones, es muy enriquecedor, divertido y ayuda a continuar.

y esto se suma al paisaje, ya no lingüístico, sino al industrial, económico, medioambiental, energético, arqueológico, arquetectónico, musical, de artes plásticas, artesanal, etc… ¿Es esta deturpación solo toponímica? O, ¿es una carencia de cuidados y desfeito general?

Deturpados

Juego-propuesta para rellenar e innovar aquellos nombres hacia lo moderno o intentar averiguar sus formas posibles modificadas visto lo visto :

OriginalPropuesta deturpadaOriginalPropuesta deturpada
?Friera o Friese ?Truchas
?Salto del PiezgoTremor?
?Pieros ?El Lugarín de las Habas
Pumarín?Salas 
Landoiro?Viḷḷarinu                        ?
?Sanjenjo?Valledelaloba
?Jardón del Peluchín?Nueceda
Paradela de Muces?Matachana?
?Borrenes – Borrado?Hinojosal
 ?Kilós?Te-Dejo
Magarinos, Vilar de Corrais, Penacaira, Calamocos, Penedelo, Requeixo…

Consultas realizadas en partes I y II:
https://lafueyacabreiresa.com/
https://cadenaser.com/emisora/2021/03/25/radio_bierzo/1616669364_658389.html

Para saber más:

Sobre Forniella/Fornela: Álvarez-Balbuena, F. https://www.academia.edu/14539284/Na_frontera_del_asturllion%C3%A9s_y_el_gallegoportugu%C3%A9s_descripci%C3%B3n_y_exame_horiom%C3%A9tricu_de_la_fala_de_Fernidiellu_Forniella_Lli%C3%B3n_I_Fon%C3%A9tica

Sobre léxico y toponimia propia de la zona de Carucedo-Médulas: Bello Garnelo, F. 2001 «La toponimia de la zona arqueológica de las Médulas (León)».

Sobre deturpación y toponimia (V Filandón Bercianu en Santa Marina de Torre, 2017) Vídeo ponencia de F.Álvarez-Balbuena

En la revista La Fixuca, se presenta un mapa y estudio con el nombre y su etimología de diferente toponimia cabreiresa.

Gracias a Dannielu por algunos datos y a El Teixu por la información en ponencias y labor de recuperación con las que divulgan sobre toponimia (Especialmente al lingüista Fernando Álvarez-Balbuena).

Escrito por:Muricego

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