En esta ocasión hablaremos de dos de las aves más comunes y mejor conocidas por el público en general, ya que son fáciles de ver en las ciudades y su desparpajo nos permite observarlos desde realmente cerca.

El Petirrojo europeo (Erithacus rubecula), conocido en nuestra comarca como ‘pementero’ o, más comúnmente, ‘paporrubio’, es un pequeño pájaro de unos 12-14 cm de aspecto rechoncho con un plumaje inconfundible. Su pecho y cara son de un color anaranjado muy vivo, el cual destaca con los tonos pardos de su dorso y el blanquecino de su parte inferior.

Suele buscar alimento en el suelo o en árboles a escasa altura, lo que facilita su avistamiento. En ellos se alimenta de pequeños invertebrados como hormigas, gusanos, escarabajos o arácnidos durante la primavera, mientras que el resto del año añaden a su dieta frutos o bayas de acebo, hiedra o zarzamora, entre otros. Por ello, habita en hábitats forestales o de matorral húmedos, siendo habitual en hayedos, robledales o bosques de ribera y más escaso en hábitats con mayor influencia mediterránea como los encinares o sabinares.

Es una de las aves que empiezan a cantar más temprano, a finales del invierno. También es de los más prematuros con la construcción del nido, el cual empieza a construir a principios de primavera con ramas, hojas y raíces. No le hace ascos a ninguna localización, pudiendo anidar tanto en troncos de árboles como en taludes o en el suelo. Ser tan ‘madrugadores’ les permite hacer entre 2 y 3 puestas al año para lo que, mientras el macho atiende a los jóvenes de la anterior puesta, la hembra incuba la siguiente.

Petirrojo europeo (autor: Diego Carrera)

El otro protagonista de esta edición es el Gorrión común (passer domesticus) o ‘pardal’ como tantos le conocemos. De tamaño similar al del petirrojo, presenta un claro dimorfismo sexual. Las hembras tienen colores más claros que el macho, sin el característico babero negro del macho, la parte inferior grisácea y la superior parda. Su pequeño y robusto pico también sufre cambios a lo largo de las estaciones, completamente negro en verano, tornándose gris y con la parte inferior amarilla durante el invierno, mientras que en las hembras suelen tenerlo enteramente grisáceo a lo largo de todo el año.

El pico es un claro indicador de la dieta del gorrión. Su dieta, básicamente granívora, tiene una gran dependencia antrópica, alimentándose en cultivos cercanos a las poblaciones durante el invierno (donde establece dormideros de centenares de ejemplares que comparte con otras especies de gorrión como el gorrión molinero). Quizás sea por ello que sea una especie marcadamente sedentaria,  no siendo habitual la migración de esta especie. Se reproducen generalmente en colonias, comenzando la época de cría en abril. Aprovechan construcciones humanas para elaborar sus nidos, aprovechando huecos bajo tejas o agujeros en muros, aunque también anidan en arbustos o árboles de pequeña envergadura.

Realizan entre 2 y 3 puestas al año, siendo los polluelos independientes para alimentarse por sí solos en apenas 3 semanas. En época de cría se vuelven omnívoros, como la mayoría de los granívoros, ayudando los diferentes insectos que es capaz de atrapar a enriquecer en proteína la dieta de los pollos para un mejor y más rápido desarrollo.

Gorrión Común (Autor: Diego Carrera)

En la siguiente entrega conoceremos más sobre dos córvidos: el ‘gayo’ y la ‘pega’ o, como dicen en Castilla, el arrendajo y la urraca 😉

Autor texto y fotografías: Diego Carrera

Escrito por:ofiandon

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